Por José Oscar Alvarez de la Cuadra López
守破離
Hace exactamente 20 años, con algunos conceptos aún frescos
en mi memoria ya que tenía exactamente 2 años de haber estado inmerso en el
inmejorable programa de intercambio organizado por la JICA (Japan International
Cooperation Agency) de Ingeniería Industrial y Control Total de la Calidad, me
embarqué en la aventura de asistir a una conferencia magistral sobre el mismo
tema, organizada por la JETRO (Japan External Trade Organization) y la
Universidad Anáhuac de Jalapa. Entre los temas que se abordaron, recuerdo mucho
el énfasis que se hizo en un viejo concepto muy usado en las artes marciales,
pero bajo el ambiente de la implementación y despliegue del Control Total de la
Calidad, que es como en Japón se le conoce al Total Quality Management en
Estados Unidos o la Calidad Total en México y América Latina.
El concepto de Shuhari es muy común en Japón, cuando se refiere
al momento en que se practica una disciplina y se aspira a dominarla. Para
entenderlo cabalmente es muy importante explicar en sus tres etapas, ya que
esta compuesto por tres caracteres chinos (llamados kanji en Japonés). Estas a
su vez pueden extrapolarse, además del ámbito de la calidad,
a la Manufactura Esbelta, Círculos de Calidad, Gestión de Procesos de Negocio o
ISO 9001, entre otras.
守 Shu –
Aprender de la tradición
En esta etapa inicial el alumno sigue las enseñanzas de un
maestro precisamente. Se concentra en cómo hacer la tarea, sin preocuparse demasiado
por la teoría subyacente. Si hay múltiples variaciones sobre la forma de hacer
la tarea, se concentra en sólo una forma, la que su maestro le enseña. De esta
forma se logra una base técnica duradera sobre la cual descansa un entendimiento
más profundo en la disciplina aprendida.
En la organización es la etapa es conocer los nuevos
conceptos y asegurar su aplicación inmediata, como puede ser a través de cursos
prácticos o consultoría focalizada, aunque vale la pena resaltar que no es válido
en los casos en que se pretende que el consultor lleve a cabo todas las etapas
y que en éste recaiga toda su responsabilidad. De igual forma, no son útiles aquellos
cursos a los que se envía a un solo representante de la organización, sino que
este entrenamiento tiene que hacer eco en toda la organización, para lograr un
efecto más duradero y asimilación más eficaz.
破 Ha – romper las
cadenas de lo cotidiano
Ha significa
romper de los moldes tradicionales o las formas anteriores de operar, en el
caso de una organización. En nuestro
ejemplo básico, el estudiante rompe sus cadenas de la tradición de su propia
escuela y reflexionar en el significado y propósito de lo aprendido y de esta
forma, lograr un entendimiento más profundo de la disciplina más allá de lo que
pudiera permitir la repetición pura.
En esta etapa
toda la técnica se ha asimilado y el que da (en la parte de la enseñanza - un
efecto externo) y el que recibe (por parte del estudiante - esfuerzo interno)
contribuyen simultáneamente hacia el nacimiento del individualismo. Es
exactamente igual que el momento en que el pájaro, dentro del huevo empieza a
romper la cáscara desde el interior, como el pájaro padre ayuda a romper desde
el exterior. Una vez más, no hay tiempo o periodo de cuánto tiempo toma esta
etapa. Sin embargo, este es un period importante de transición.
En una
organización que adopta alguna de las herramientas referidas se refiere a una
etapa exitosa de implementación (en ISO 9001 puede ser el momento que se corona
la implementación al llegar a una
certificación), en 6 Sigma o Manufactura Esbelta puede ser un proyecto de mejora concluído con
una evaluación objetiva de los ahorros obtenidos, etc.
離 Ri – ir más
allá del conocimiento (el alumno supera
al maestro)
Literalmente
Ri
se refiere a romper, liberarse, soltarse. La organización entonces se libera del
apoyo externo e inicia la aplicación por su propia cuenta de la herramienta
aprendida. No hay más técnica que aprender, nada de terceros, sino de su propia
práctica. Crea sus propios enfoques y adapta lo que ha aprendido a sus propias
circunstancias particulares. Se han adquirido todas las habilidades requeridas,
conocimiento y experiencia, entonces ya la dependencia a un apoyo externo se
vuelve innecesario.
Esta etapa puede
tener su analogía en la mejora continua, la innovación y el aprendizaje
organizacionales. Cuando se habla de control de la calidad total japonés, involucra
la interacción continua del control diario y el control a través de la política
y la rotación del ciclo PHVA (planificar-hacer-verificar y actuar).
Como conclusión a lo antes expuesto, podría citar a Albert
Einstein en un mensaje que dio a los estudiantes de la Universidad de Nueva
York en el año de 1931, relacionado con la forma en que las escuelas se
perciben como fábricas de aprendizaje y sobre la analogía que pudiera hacerse con
respecto a lo que vemos muchas veces en las organizaciones: la adopción de herramientas
de gestión sin tener un convencimiento
de su utilidad o resultados, ya sea por ser el sabor del mes, una moda o por
responder reactivamente a alguna amenaza percibida del exterior sin ninguna
estrategia que lo soporte:
"Para mí, lo peor parece ser una escuela
que trabaja principalmente con los métodos de miedo, la fuerza y la autoridad
artificial. Dicho tratamiento destruye sentimientos fuertes, la sinceridad y
confianza en sí mismos de los alumnos y produce un sujeto servil. Es el arte
supremo del maestro despertar la alegría en la expresión creativa y el
conocimiento. Uno debe protegerse contra predicar el éxito a los jóvenes en la
forma habitual como la última meta en la vida. El motivo más importante para estudiar
en la escuela, la universidad y en la vida es el placer de
trabajar y por lo tanto la obtención de resultados que servirán a la comunidad.
La tarea más importante para nuestros educadores es despertar y alentar estas fuerzas psicológicas en un hombre o mujer.
Dicha base el único que puede dar lugar a la alegría de poseer uno de los
bienes más preciados en el mundo: el conocimiento o habilidad artística ".
Esa
declaración bien podría describir a Shu-ha-ri, bajo la premisa del profundo
respeto que en el Lejano oriente se dispensa al sensei en Japón, al lâoshī o shīfu chino,
el gusto por aprender y el buscar un uso o bien común a dicho aprendizaje. Gran
diferencia a lo visto en nuestra cultura Occidental.